La nube es una metáfora de la Red, e. g. Internet. El National Institute of Standards and Technology (NIST) define el cómputo en la nube como: Un modelo que proporciona, mediante la red y según se requiera (en demanda), acceso a un conjunto compartido de recursos de cómputo configurables, e. g. redes, servidores, almacenamiento, aplicaciones y servicios ubicados en Data Centers. Por tanto, se trata de un modelo a la carta para la asignación y consumo de computación que puede abastecerse rápidamente y ser puesto en marcha con un esfuerzo mínimo de gestión o interacción por parte del proveedor del servicio. La Nube promueve la disponibilidad y está compuesto de cinco características esenciales, ofrece tres modelos de servicio y puede desplegarse en cuatro modelos.
La tecnología se queda obsoleta casi el mismo día que finalizamos su implementación en la organización. Una solución lógica a dicha obsolescencia es optar por un socio tecnológico que se preocupe de mantener la tecnología actualizada.